La hipertrofia de la próstata consiste en un crecimiento fisiológico (natural) de la próstata que se produce a partir de los 50-60 años en la mayoría de los hombres. No es un proceso tumoral ni esta relacionado con el cáncer de próstata. Por lo tanto, lo primero que hay que tener es calma cuando nos den este diagnóstico.

Debido a la compresión que produce este crecimiento de la próstata sobre la uretra, el paciente comenzará a notar una serie de síntomas como pueden ser:
- Cierta dificultad para orinar, necesidad de hacer más fuerza para comenzar a orinar.
- Sensación de urgencia y no poder aguantar las ganas de orinar, necesitando localizar un servicio con prontitud.
- Empezar a levantarse por la noche para orinar cuando antes no lo necesitaba.
Todos ellos son síntomas de una hipertrofia o crecimiento de la próstata, pero como este crecimiento se produce de forma lenta, durante meses o incluso años, el paciente se va acostumbrando a estas manifestaciones considerándolas normales y restándoles importancia hasta que pueden llegar a afectar de forma importante a su calidad de vida. Es muchas veces el entorno del paciente, familiares o amigos, los que advierten antes este cambio y sugieren al paciente la necesidad de un control por un especialista.
El tratamiento de esta enfermedad depende fundamentalmente de los síntomas que el paciente presenta y como estos afectan a su calidad de vida. Cuando son leves, basta normalmente con un control periódico. Si estos se hacen más molestos, se precisara de medicación para disminuirlos y controlarlos.
En ocasiones en que el tamaño de la próstata es notable y provoca síntomas que afectan de forma significativa a la calidad de vida de estos pacientes y en los que ya no es posible controlar los mismos con medicación, es preciso realizar una cirugía desobstructiva de la vía urinaria, normalmente vía endoscópica, sin incisiones.
